Charly nunca fue abusada, nunca fue violada, nunca fue golpeada, nunca la asaltaron, nunca la amenazaron, nunca estuvo en un accidente, nunca vió a nadie morir. Charly fue normal, normal y más normal. Nunca le sucedió una tregedia, nunca sufrió un hecho traumático. Por eso no tiene derecho a esa tristeza crónica. Charly solo tiene derecho a guardar silencio.
Y aún así, aún así, se siente una persona horrible.
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